Future is now
Hoy es un día muy importante para mi. Hace 20 años, el niño que era yo por aquel entonces acababa de descubrir como soñar. El culpable era una cinta VHS grabada de la televisión en la que su protagonista viajaba 30 años en el futuro y que yo veía una y otra y otra vez. Ese futuro es ahora.
Al margen de las inexactitudes que se podían dar, fallos de record, y anacronismos. Esa película se ha convertido en el mejor film sobre viajes en el tiempo de la historia. Y pese a que con el tiempo la primera parte de la saga ha logrado ser mi favorita, Regreso al futuro II tiene de todo: Viajes al futuro, referencias magistrales, esa parte oscura del 1985 alternativo que genera un punto de inflexión en toda la saga y el regreso a 1955. Una película de viajes en el tiempo que regresa sobre si misma, a la primera película. Maind-blowing. Toda la saga lo es.
Ya ha llegado el 21 de septiembre de 2015, y pese a que nos hemos esforzado en conseguir los aeropatines y los robocordones el futuro nunca es como lo imaginamos. Como lo imaginaba aquel niño.
Y es que esto no va sobre una película, si no sobre la semilla que sembró en todos nosotros. Miles de personas hoy se acuerdan de Marty McFly, un personaje que ha crecido con nosotros formando parte de la cultura pop y representando al futuro. Ese futuro con el que acabamos de colisionar sin haberlo planeado.
Para mi el futuro siempre ha sido el año 2015. Me resulta complicado plantear que viene después. Mi visión infantil del mundo que algún día sería ha llegado a su fin.
Es el momento de volver a soñar, imaginar, volver a sentirnos como aquellos niños. Empezar de cero. Tabula rasa. Creemos nuestro futuro, con aeropatines o sin ellos. Todo es posible. Incluso construir una máquina del tiempo en un Delorean.
El futuro es ahora y como dijo Doc:
Roads? Where we’re going, we don’t need roads.