El final de El Barco y lo que no hay que hacer
Ayer se emitió el último capítulo de la serie de Antena 3 El Barco. Para poneos en antecedentes e intentar buscar una explicación al epílogo surrealista con el que cerraron la ficción, tenéis que saber que hace un mes, debido a el “bajón de audiencia” (17% de share no se si se puede clasificar de baja audiencia) que había tenido la serie, desde la cadena, anunciaron que no serían renovados para una cuarta temporada. Por lo tanto el final de la tercera, que seguramente ya tendrían grabado, sería el final definitivo de la serie.
Este es un problema muy común con series que han tenido éxito en sus primeras temporadas y los guionistas deciden extender sus arcos pensando en dos o tres años vista, de forma que puedan hacer fluir la trama hacia el final que quieren mostrar a su público.
Generalmente en Estados Unidos (lo cojo como referencia por ser una de los países que más series para televisión producen), cuando un producto lleva en antena dos o tres temporadas tiene suficiente “categoría” como para negociar una temporada extra y no dejar plantados a sus fans con una trama incompleta. Lamentablemente en este país eso no pasa.
Aún así no es escusa para cerrar de esa forma la serie.
El Barco es una serie que ha apostado por hacer algo que hasta ahora no se habia hecho en España. Un cataclismo mundial, provocado por un fatal accidente en Ginebra (Suiza) durante la puesta en marcha del acelerador de partículas, llevará a la tripulación y los alumnos del buque-escuela Estrella Polar a vivir la mayor aventura de sus vidas. Aislados y conscientes de que sólo se tienen los unos a los otros, el buque pasará a convertirse en su único hogar.
Pero vamos a lo que vamos. Tenemos a Burbuja (Iván Massagé en el papel de su vida) intentando superarse a si mismo para salvar a sus amigos, la noticia de la herida de Valería (Patricia Arbués) hace que consiga sacar al Roberto que lleva dentro y firmar un pacto con el diablo.
Gamboa (Juan Pablo Shuk) dispuesto ha hacer cualquier cosa para recuperar a su hija, encañona a Ulises (Mario Casas), y vivimos uno de los momentos más dramáticos de la serie.
Mientras tanto Ainoha (Blanca Suarez) por fin se decide por Ulises (¿A nadie le da pena el pobre Max?) y toca despedida eterna en la que finalmente, Gamboa dispara a Ulises (no me extraña nada después de ese chiste sin gracia que rompía todo el dramatismo), y no de cualquier forma. Cuatro tiros en el pecho, y desangramiento en medio del mar.
Pues después de esto, que podría haber sido un final bastante digno, aunque no fuera el final feliz que la gente quería, asistimos a uno de esos temidos…. 387 Días después… (¿387 por qué? No le busquéis sentido…). De esta forma y para intentar contentar al personal, empiezan a contar una serie de historias sin sentido, que no vienen al caso y que sobran.
Así nos enteramos que unos se casan con otros, tienen hijos y todos son felices. Los “malos” estaban enfermos por culpa de Burbuja, que finalmente acabó con el proyecto Alejandría y volvió del submarino (No se sabe si los curó, o se los cargo a puñetazos Belén Rueda incluida). Gamboa seguramente este por ahí por la isla viviendo con su hija. Y Ainoha esta vestida de novia esperando a que llegue Ulises para casarse con él.
Si, lo sé, pero es que resulta que cuatro tiros en el pecho en medio del mar no eran suficientes para acabar con su amor. Y yo me pregunto, ¿era realmente necesario matarlo dos minutos antes para después decir que no esta muerto?. Lo peor es que no queda ni claro si esta muerto o no, ha tenido que ser esta mañana desde la web oficial de la serie donde lo confirmen:
El último capítulo de El Barco ha estado lleno de grandes momentos que siempre estarán en la retina de todos. Ulises y Ainhoa nos dicen que el amor puede con todo y los tiros de Gamboa no han podido con el polizón de El Barco. La pareja consigue casarse a pesar de todos los contratiempos y todos los tripulantes del Estrella Polar consiguen su final feliz. — Fuente
Y si resulta que matar y resucitar a tu protagonista y dejar a la audiencia sin saber en que pensar no es suficiente, en los últimos segundos, vivimos una escena aún más surrealista en la que todo empieza a temblar, los objetos de metal salen despedidos, todos miran al cielo y rematan con un “está pasando otra vez”.
Solo faltaba que el cielo se pusiera morado y tenemos una escena de la serie de Perdidos. Y es que la única explicación que le da sentido a este epílogo es que realmente se encuentren en la isla de Perdidos, viajan en el tiempo y forman la iniciativa Dharma. Por eso el electromagnetismo y que Ulises se recuperara de cuatro balazos (ya sabéis, las capacidades curativas de la isla).
Como broma está bien, pero si realmente pensaban que condensar todo lo que tenían pensado contarnos si la serie hubiese seguido en dos minutos iba a funcionar, está claro que no sabían qué estaban haciendo.
Pese a todo me quedo con los buenos momentos que nos ha dado esta serie y esperamos que en un futuro veamos apuestas tan ambiciosas como lo fue esta.